Iniciamos hoy la publicación de una nueva sección, ESTRATEGIA Y TALENTO, que correrá a cargo de Olga Ramírez, consejera, consultora de Estrategia, Talento y Liderazgo, socia directora, Experience & Wiser y miembro del Grupo IT Digital de AUTELSI. Los artículos de esta Sección se publicarán en jueves.
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A lo largo de mi trayectoria profesional he tenido oportunidad de trabajar con muy diversas empresas en cuanto a tamaño y de sectores diferentes. Toda esta experiencia me ha mostrado que las empresas no se definen solo por sus productos o servicios, sino por la combinación efectiva de su estrategia, su gobernanza y su talento humano. Estas tres áreas, cuando se entrelazan adecuadamente, crean una sinergia que impulsa a las organizaciones hacia un rendimiento excepcional y sostenible. Pero ¿cómo se logra esta intersección de manera efectiva? En este artículo, exploraré los componentes clave y el papel esencial del liderazgo en la creación de equipos de alto rendimiento.
1.Estrategia y Talento: La Importancia de la coherencia.
Las empresas con una estrategia bien definida tienen un mapa claro de hacia dónde quieren llegar, pero sin un equipo motivado y alineado, cualquier plan corre el riesgo de quedarse en el papel. El talento humano es el motor que convierte esa visión en una realidad tangible, lo que significa que debe haber coherencia entre los objetivos estratégicos y las capacidades y aspiraciones del equipo. Sin una alineación clara, los profesionales pueden sentirse desconectados, y esto se traduce en una menor productividad y compromiso.Por ejemplo, recuerdo una de las empresas con las que he trabajado, se trataba de una empresa tecnológica que tenía como objetivo ser líder en innovación. Sin embargo, su equipo no recibía formación continua, ni se fomenta internamente una cultura de creatividad y agilidad, con lo que esta meta resultaba inalcanzable. Para que la estrategia de innovación cobre vida, el talento debe estar preparado y motivado para crear, experimentar y aportar nuevas ideas sin temor al fracaso.
2. Gobierno Corporativo y Talento: Transparencia y confianza como base del compromiso.
El gobierno corporativo, con sus pilares de transparencia, equidad y responsabilidad, debe crear un entorno donde el talento pueda desarrollarse y comprometerse plenamente. En una empresa con buen gobierno corporativo, los empleados confían en que sus líderes tomen decisiones éticas y equitativas, lo que eleva el compromiso y fortalece la relación entre el talento y la organización. La transparencia en la comunicación y la claridad de las expectativas permiten que los equipos sepan hacia dónde van y cuál es su papel en el éxito de la empresa.
Por ejemplo, el caso de la empresa Patagonia han ejemplificado cómo un buen gobierno corporativo puede atraer y retener talento de calidad. Al centrarse en la sostenibilidad y la ética, han conseguido empleados apasionados y comprometidos que no solo trabajan para la empresa, sino que también la representan con orgullo y alinean valores organizacionales con los personales, con lo que el nivel de compromiso de los profesionales crece exponencialmente.
3. El rol del Liderazgo: Fomentando la sinergia.
En la intersección entre estrategia, gobierno corporativo y talento, el liderazgo juega un papel insustituible. Los líderes deben actuar como facilitadores y embajadores de esta integración, motivando a los equipos y asegurando que los objetivos estratégicos sean entendidos y compartidos por todos. Un buen líder no solo comunica la estrategia, sino que también crea una cultura de confianza y autonomía donde cada miembro del equipo se siente valorado y capacitado para aportar. Los líderes deben tener la habilidad de mirar hacia fuera y hacia dentro del equipo a la vez, es decir, deben reconocer y cultivar las habilidades de sus equipos, promoviendo un entorno que permita la creatividad y la innovación, dos componentes cruciales para un rendimiento de alto nivel. Un líder que entiende el valor de la alineación entre estrategia, gobernanza y talento fomenta una cultura en la que todos los miembros del equipo están comprometidos con el éxito organizacional, con los objetivos y motivados a contribuir.
4. Comunicación: El pegamento que mantiene unidas las partes.
Una comunicación eficaz y transparente es la clave para lograr que la estrategia, el gobierno corporativo y el talento humano trabajen en conjunto. La claridad en la comunicación ayuda a reducir la incertidumbre y asegura que todos entiendan no solo el qué, sino también el por qué y el cómo de las decisiones empresariales. En un entorno de transparencia, los empleados no solo deben saber lo que se espera de ellos, sino que también deben entender el propósito de la empresa, lo que fomentará una mayor implicación y sentido de pertenencia. Un ejemplo claro de este efecto unificador es el de Microsoft, bajo la dirección de Satya Nadella, con una comunicación transparente y orientada hacia la colaboración consiguió transformar la organización. Al crear un entorno donde el aprendizaje continuo y la adaptación al cambio son valorados, Microsoft ha cultivado un equipo comprometido y alineado con su estrategia de innovación y crecimiento sostenible.
5. Creando una cultura de alto rendimiento.
Al final del día, la combinación de estrategia, buen gobierno y talento humano se traduce en una cultura organizacional sólida y orientada hacia el alto rendimiento. Una cultura fuerte define no solo cómo se trabaja, sino por qué se hace de una determinada manera. Las empresas que logran fomentar una cultura de alto rendimiento no solo maximizan el potencial de sus equipos, sino que también crean un entorno donde el talento desea quedarse, crecer y contribuir al éxito continuo. Esta cultura debe basarse en la confianza, la colaboración y la innovación. En ella, cada miembro del equipo se siente parte fundamental del logro de los objetivos estratégicos y es consciente de que su contribución es valorada y reconocida. Así, las empresas no solo alcanzan sus metas, sino que se convierten en lugares de trabajo atractivos y satisfactorios. Un ejemplo sobresaliente de empresa con equipos de alto rendimiento verificados es Google. La compañía ha dedicado años a investigar y perfeccionar el funcionamiento de sus equipos a través del Proyecto Aristóteles, una iniciativa de Google destinada a comprender qué hace que un equipo sea verdaderamente efectivo. El Proyecto Aristóteles, que se lanzó en 2012, estudió más de 180 equipos de Google, buscando correlaciones entre los equipos más efectivos y sus características. Gracias a este enfoque y al éxito del Proyecto Aristóteles, Google ha logrado mantener equipos de alto rendimiento que contribuyen a su innovación y liderazgo en el mercado. Estos equipos no solo cumplen sus objetivos, sino que también mejoran su cohesión, resiliencia y adaptabilidad, características esenciales en un entorno empresarial tan dinámico como el de la tecnología.
La Triada del Éxito
A esta integración de estrategia, buen gobierno corporativo y talento la he terminado denominando la Triada del Éxito. En mi experiencia he tenido oportunidad que cuando se integran de manera efectiva, las empresas se vuelven más que competitivas: se convierten en organizaciones resilientes, capaces de adaptarse y prosperar en un entorno en constante cambio. La sinergia entre estos tres elementos permite a las empresas crear valor sostenible y alcanzar sus objetivos de una manera ética, eficiente y comprometida. La triada compuesta por la estrategia, el buen gobierno y el talento, no solo fortalece a la organización, sino que también inspira a sus equipos y deja una huella sostenible y positiva en la sociedad.