Ideologización y sexualización infantil

Según se desprende de algunos editoriales de la publicación El American, el partido Demócrata estadounidense está aplicando unas políticas de izquierda radical en línea con las que promueve el Sanchismo en nuestro país.

Como sucede por nuestros lares, en los Estados Unidos, la izquierda radical también está llevando a cabo la ideologización y sexualización de las escuelas. Y de este tema trata el editorial de El American publicado el pasado 29 de marzo y que reproduzco en su integridad.

Como podrá comprobarse, este texto bien podría publicarse en España en cualquier medio no subvencionado, y respondería fielmente a lo que, desafortunadamente, está ocurriendo en nuestras escuelas.

El editorial de El American

 DeSantis evita que Florida se
convierta en un lugar de
ideologización y sexualización
infantil: los demás estados
deberían hacer lo mismo

“Gay, gay, gay”, gritan en los Oscar, “Gay, gay, gay”, gritan senadores demócratas, “Gay, gay, gay”, gritan y escriben en Twitter activistas progresistas.

En esta época de posverdad y manipulación mediática, la campaña “Don’t Say Gay” —con la que los demócratas intentaron destruir el proyecto de ley impulsado por DeSantis en Florida—, debería abrirle los ojos a una buena parte de la población sobre los perversos mecanismos utilizados por la izquierda para deconstruir la realidad y crear una narrativa de víctimas y opresores. Todo con el propósito de sexualizar a niños de 5 años sin la aprobación de sus padres.

Pese a que en la legislación realmente jamás existió un apartado que prohibiera el uso de la palabra gay y a que en repetidas ocasiones la oficina del gobernador, medios conservadores y el propio DeSantis aclararon que la iniciativa real del proyecto es evitar que los maestros hablen de temas de orientación sexual y de género en pequeños niños de 5 años en adelante, los demócratas, por razones evidentes, insistieron en su perversa narrativa para tratar de entorpecer la legislación republicana.

La administración Biden, mediante el secretario de Educación, Miguel Cardona, ha condenado la legislación; también lo ha hecho la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi; la gobernadora de Oregon, Kate Brown; la gobernadora de New York, Kathy Hochul; y otros cientos de políticos y funcionarios públicos del Partido Demócrata han tildado de “cruel” y “perversa” la política de DeSantis.

Es lógico que un partido que considera que los padres no deberían tener voz ni voto en la educación de sus hijos estime necesario que los maestros pagados por la nómina del Estado adoctrinen pequeños y llenen sus mentes inocentes de aberraciones sexuales. Quebrar los hogares americanos y destruir los valores familiares es el propósito real detrás de todo este asunto, que ya ha dejado de ser político para convertirse en algo realmente criminal.

Ayer, DeSantis firmó la ley de “Derechos de los padres en la educación”, una legislación que de manera urgente debería ser replicada en todo estado conservador. Los niños no solo no deberían ser expuestos a temas sexuales a tan temprana edad, sino que, además, no deberían ser víctimas de la guerra cultural y las luchas políticas que desató la izquierda en el país.

Emmanuel Rincón
Editor-at-large

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