DE LO SACRAL Y LO MUNDANO

INTRODUCCIÓN

¿Una nueva categoría de temas que quieren ocuparse de la verdad y comunicarlo con las demás en este blog? Pues sí. Y con este título abarco todo lo real: ¿tal vez un “totum revolutum”…?, no es esa nuestra intención. Pero si nos asomamos a la realidad, hay multitud de cuestiones que la ocupan. Y, en síntesis, hallamos que sus contenidos se pueden reducir a los que corresponden a los términos del título.

LO SACRAL: SIGNIFICADO Y CONTENIDO

Aunque haya quien se atreva a negarlo, en el colmo de su ignorante soberbia, el ámbito de lo real abarca ante todo y como ‘componente’ más profundo, un conjunto de cuestiones que se agrupan bajo el término de “lo sacral”. El gran investigador de la ciencia de las religiones Rudolf Otto (1869-1937), lo denomina con un término muy semejante: “lo santo”, en la traducción que del alemán “numinoso” hizo la editorial Alianza Editorial. Lo “numinoso’ (neologísmo inventado por el propio investigador) es todo aquello que aparece a nuestra perceptividad como realidad extra o supramundana, que experimentamos como un ‘mundo’ (usamos este vocablo conscientes de su inadecuación para denominar aquel conjunto de realidades), un ‘mundo’ que sobrepuja de modo absoluto todo lo que conocemos por nuestra capacidad sensorial y por la experiencia comprobable con los recursos de la ciencia positiva (del laboratorio).

Rudolf Otto caracteriza a este ámbito de realidad con algunos términos tomados del lenguaje clásico latino. Y así, lo denomina ante todo como “mysterium”, que posee carácter extrasensorial y dos rasgos más ‘designativos’ que ‘explicativos’ (pues tales realidades no tienen explicación posible). Tales rasgos son para el profesor alemán los de “tremendum” y “fascinosum”. Y a explicar qué quieren significar ambos términos dedica gran parte de su luminoso ensayo.

Otro gran pensador que se ha ocupado de este ámbito de realidad es Romano Guardini (1885-1968), filósofo y teólogo italoalemán, además de sacerdote católico (Otto profesó la religión luterana). Pues bien, Guardini se refiere a este inabarcable mundo de la realidad extrasensorial con los términos (que ofrece engranados ortográficamente mediante guión) “absoluto-infinito”, cuyos significado y su relación con lo religioso-cristiano analiza en un riguroso ensayo, ahora incluido en el texto publicado por BAC (Madrid, 2016) con el título “Experiencia religiosa y fe”.

En ambos grandes pensadores nos apoyaremos frecuentemente, pues constituyen un hito en el estudio de las religiones. Y es que “lo sacral” hace referencia fundamental a lo religioso, ese campo de la realidad que constituye un factor “entitativo” de la condición humana, según explica magistralmente el también filósofo (español) Javier Zubiri (1898-1973), desde los orígenes de la humanidad. Así pues, y sin circunscribirnos a una determinada religión, sino a ese ‘fenómeno’ existencial que afecta al ser humano en su más esencial (o sea ‘éntitativo’) naturaleza o ‘ser en sí’, en el mundo de “lo sacral” habrá referencia a lo religioso.

Y como matiz relativo a lo lingüístico, terminamos esta presentación con un ‘por qué’ acerca del vocablo: ¿Por qué “lo sacral” y no “lo sagrado” o “lo sacro”, términos de uso más frecuente y cuyo significado no es preciso explicar? Muy sencillo. En nuestras aportaciones relacionadas con este amplísimo ámbito de la realidad pretendemos separarnos de un significado que suene a ‘devoto’ o ‘piadoso’ y que haría referencia al ámbito de la fe cristiana o más aún ‘católica’. “Lo sacral” en nuestras reflexiones pretende abarcar conceptos, hechos, y acontecimientos que se hallan fuera (aunque no ‘opuestos’) a la vivencia de lo religioso cristiano como acto de devoción o de una piedad derivada de la fe.

LO MUNDANO: LA REALIDAD PERCPTIBLE SIEMPRE

Aquí está el otro inmenso ámbito de realidad sobre el que podemos reflexionar o dar noticia, al hilo de algún acontecimiento o vivencia que nos depare la actualidad: “Lo mundano”. Aquí sí hemos optado por un vocablo de uso bastante común, tanto en la conversación ocasional como en el lenguaje de los pensadores.

Pero no hemos optado por designar esta sección como “mundanal”. Este término puede tener una connotación un tanto frívola, o tal vez una cierta resonancia moral. “Lo mundano” alude, y así lo haremos notar en nuestras colaboraciones, a cualquier cosa o situación que, por antonomasia, podemos hallar en el mundo, campo de realidad que posee carácter sensorialmente perceptible y queda por tanto fuera del antes comentado ámbito de lo extrasensorial, aunque no de lo que se refiere al espíritu, pues aunque éste sea uno de los, digamos, ‘elementos’ constitutivos de la realidad humana (si bien hay quienes nieguen este ‘factor’), su experiencia y expresión se desarrollan en estrecha relación con todo lo demás que tiene cualidad perceptible, si bien no dejará de advertirse la relación que lo que pertenece a ese factor o elemento del ser humano, tiene también estrecha concomitancia con el ámbito que hemos designado como “sacral”.

¿Qué constituye el ‘mundo” y es objeto de “lo mundano”? Cuando miramos a nuestro alrededor vemos cosas, muchas cosas. Desde mi terraza, en lejanía, veo montañas, pueblos edificados entre ellas, macizos de árboles, núcleos de casas cercanos y a lo lejos, carreteras, macetas con plantas, el cielo y, brillando en él cada día, el sol. Escucho el sonido de automóviles que pasan velozmente; si salgo a la calle, se ofrecen a la vista establecimientos (tiendas, bares, cafeterías). Veo personas que deambulan de un sitio para otro. Me entero de acontecimientos, tanto importantes como banales: ha sucedido un gravísimo terremoto en Marruecos que ha producido miles de víctimas. Hay grupos de jóvenes sentados en un bar que toman algo fresco: cerveza, Coca-Cola… Frente a mí se eleva la torre campanario de un templo inmediato y la construcción que conforma el templo.

No hace falta seguir más. Hay un conjunto de cosas. Seres y sucesos entreverados en una compleja realidad. Todo esto es lo que denominamos “el mundo”, la existencia social, el devenir de la historia diaria, una realidad cambiante en el tiempo e inserta en el espacio donde se ubica la ciudad, que constituye, a su vez, una forma de lo mundano. Esta realidad posee una cualidad específica antes mencionada: es perceptible por los sentidos, aunque también en el ámbito sacral hay algunos elementos sensorialmente perceptibles.

Y es importante dejar constancia, como final de esta introducción, de que ambos “mundos” no se hallan sin relación entre sí. Todo lo contrario; hay una interrelación que, ya en sí misma, es objeto de consideración. De todo ello tenemos intención de exponer en estas páginas que deseamos interesen a muchas personas.

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