Nucleares sí, por favor

Extraídos del libro que da título a este artículo y cuya portada se encuentra en la imagen de referencia, vamos a reproducir literalmente algunos textos que consideramos de sumo interés en los momentos en que el Gobierno Sanchista pretende fijar la política energética española en relación con la energía nuclear.
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El problema real de la energía

– La energía influye de manera contundente en las relaciones entre países y condiciona la política internacional.
– La energía ha sido, es y será uno de los ingredientes fundamentales del progreso humano.
– No nos engañemos, en el mundo no existe ninguna fuente energética lo suficientemente abundante, confiable y barata para sustituir a los combustibles fósiles a escala global.
– Prescindir de fuentes que nos ayudan es absurdo; llevarlo a cabo por motivos ideológicos, como pretenden hacer con la energía nuclear, es de una irracionalidad de difícil encaje.

La energía nuclear llega a España

– Por cuestiones técnicas y políticas, el primer proyecto que se acometió fue la construcción de la central nuclear de José Cabrera, en la provincia de Guadalajara (central que popularmente se conoce como Zorita por la localidad aledaña de Almonacid de Zorita). Se trataba de un reactor nuclear de 141 MW de potencia, diseñado por la empresa estadounidense Westinghouse. Cabe mencionar dos hitos remarcables: primero que la totalidad del combustible nuclear de esta central era uranio español procedente de la mina de Andújar, en Jaén, y, segundo, que  esta central nuclear fue construida con capital cien por cien de empresas privadas.
– La llegada al poder del primer gobierno socialista de Felipe González  trajo consigo el establecimiento de una moratoria nuclear que paralizó cinco proyectos, alguno de los cuales – como Lemoniz 1 y 2 – estaban muy cerca de su finalización. Así, aquella decisión detuvo estos dos reactores vascos y, también,  los dos de Valdecaballeros que se estaban construyendo en Badajoz y que llevaban un enorme grado de avance, así como el proyecto de Trillo 2, que estaba en una fase incipiente. Esta decisión nos ha costado a los españoles miles de millones de euros en indemnizaciones a las empresas eléctricas que hemos pagado durante décadas en el recibo de la luz, además de la pérdida de una capacidad de 5.000 MW que hoy nos vendrían como anillo al dedo, ya que nos ayudaría a disminuir nuestros problemas energéticos actuales.
– El programa de construcción nuclear español finalizó en el verano de 1988 con la puesta en marcha de la central nuclear de Trillo. Para entonces, España contaba con 8.524 MW de potencia nuclear que producían casi el 40 por ciento de la electricidad en nuestro país.
– Es imposible finalizar esta revisión histórica de la energía nuclear en España sin mencionar la presión que la banda terrorista ETA ejerció sobre el programa nuclear, en particular sobre el proyecto de Lemoniz. En 1977 tuvo lugar el primero de decenas de atentados (sólo en 1982 hubo 36) que acabarían con la vida de cinco personas, entre ellas los ingenieros jefe de la planta José  María  Ryan y Ángel Pascual. En una de esas deleznables acciones terroristas, el niño Alberto Muñagorri perdió la pierna izquierda, la visión del ojo derecho y un 40 por ciento de audición cuando estalló una mochila bomba que ETA había dejado en las inmediaciones de una oficina de Iberdrola. La infamia perpetrada por esos criminales fue una de las causas que condujeron a la cancelación del proyecto Lemóniz (cuyo reactor 1 estaba concluido al 95 por ciento) y a la moratoria nuclear en España.

El inexistente problema de los residuos radiactivos

– Los residuos radiactivos han sido uno de los frentes de batalla que a los grupos antinucleares les ha interesado mantener vivos durante décadas para oponerse a la energía nuclear.
– Greenpeace en su página web, nos dice lo siguiente:《Las centrales nucleares producen residuos durante su funcionamiento. De forma irresponsable, la industria nuclear continúa produciéndolos sin haber encontrado ninguna solución satisfactoria para su gestión. Los residuos nucleares se mantienen radiactivos durante cientos de miles de años, durante los cuales hay que gestionarlos adecuadamente. No desaparecen jamás por muchos almacenamientos o planes que hagamos.》
– Es muy sencillo argumentar cualquier cosa cuando no tienes que demostrar nada de lo que argumentas. Cuando solo se pretende infundir miedo, crear dudas y sembrar ambigüedades, uno puede permitirse el lujo de decir, literalmente, cualquier cosa que se le ocurra. Sobre todo cuando se le habla a un colectivo que no le exige contrastar aquello que  se afirma.
– Sin embargo, si llevamos décadas gestionando residuos y nunca ha habido que lamentar incidente alguno, podemos afirmar, sin riesgo de ser pretenciosos, que la industria nuclear sabe cómo tratarlos de manera segura.
– Todos los residuos de todas las centrales nucleares españolas generadas desde que entraron en funcionamiento podrían almacenarse en un volumen equivalente a una piscina olímpica.
– Los residuos radiactivos que se generan en las centrales nucleares permanecen confinados y aislados de cualquier ecosistema, lo que no supone impacto alguno sobre el medioambiente ni las personas. Sin embargo, este discurso ha calado en profundidad en la sociedad, lo que ha generado una percepción errónea y contraria a los hechos científicos. Percepción alimentada por la dejadez sostenida de la industria nuclear, que siempre ha considerado la comunicación como algo secundario a lo que no merecía la pena prestar atención. Todavía hoy seguimos pagando las consecuencias de ese enorme error.
– La gestión de los residuos no reviste ningún problema y, de hacerlo, es de índole política e ideológica. Decir que los residuos de las centrales nucleares no tienen solución forma parte de la exegesis ecologista como estrategia para perpetuar una posición anacrónica y contraria al progreso de la humanidad.

Los (falsos) mantras antinucleares

– ¿Sabías que la probabilidad de morir devorado por un escualo es similar a la de morir mientras se hace running?
– La naturaleza es probabilista.
– Porque la gente quiere certezas, no incertidumbres. La gente quiere seguridad, pero la seguridad total no existe.
– ¿A quién le extraña que  la sociedad perciba la energía nuclear como algo arriesgado? Pero el que algo se perciba como peligroso no implica que lo sea en realidad.
– Con los datos en la mano, es infinitamente más arriesgado bajar las escaleras que vivir al lado de  una central nuclear.

Número de muertes prematuras por cada 100 TWh de electricidad para cada una de las tecnologías de generación. Los fallecidos a causa de la energía nuclear incluyen los accidentes de Chernóbil y Fukushima:

– Carbón Lignito     3.272
– Carbón                  2.462
– Petróleo                 1.843
– Biomasa                 463
– Gas                           282
– Hidráulica                130
– Eólica                           4
– Nuclear                        3
– Solar                             2

– La realidad es que la energía nuclear es objetivamente segura. No existe ningún tipo de duda formal a este respecto. La percepción subjetiva del riesgo es lo que convierte a la energía nuclear en insegura para muchas personas.
– Y la realidad nos dice que la energía nuclear no sólo es segura, sino que es una de las más seguras de todas las tecnologías de producción de electricidad.
– La industria nuclear española se hace cargo de la gestión de la totalidad de los residuos que genera.
– Las centrales nucleares no aumentan el riesgo de padecer cáncer en las poblaciones aledañas. Estudios similares al realizado por el Instituto Carlos III en España se han llevado a cabo desde los años cincuenta en numerosos países del mundo con resultados análogos a los obtenidos aquí. Eso es lo que nos dice la ciencia. El resto es demagogia de ciertos grupos con intereses muy concretos en que la gente siga teniendo miedo a la energía nuclear.
– Acusar a las centrales nucleares de ser intrínsecamente proliferantes es una falacia. La gran mayoría de los países con energía nuclear en sus sistemas eléctricos  no tienen bombas atómicas.
– Como vemos, las centrales nucleares civiles han servido para reducir el riesgo de proliferación al usar el uranio militar como combustible para producir electricidad. Lejos de contribuir a ella, las centrales nucleares han servido para lo contrario.

¿Cual es la estrategia de España?

– La soberanía energética de los países es algo indiscutible que sólo compete a los gobiernos. Es difícil que una medida que no ha sido consensuada con la oposición pueda perdurar en el tiempo cuando llegue un cambio de gobierno.
– Esto no invalida el hecho de que la coalición de Gobierno actual de España sea profundamente antinuclear, tanto los representantes del PSOE como los de Unidas Podemos. En el programa electoral de los primeros proponían establecer un calendario de cierre de las centrales nucleares.
– Las centrales nucleares españolas irán cerrando paulatinamente. En mayo de 2035 se procedería al cierre del último de nuestros reactores nucleares.
– A pesar de no instalarse en España ninguna central desde 1988, la energía nuclear sigue teniendo una importancia clave en el sistema eléctrico español. Hasta 2021 era la primera fuente de electricidad en nuestro país y ha sido así desde que desbancó al gas natural de ese puesto hace diez años. De manera inapelable, la energía nuclear es una parte importante del mix eléctrico español y, aún así, en pocos años se pretende prescindir de ella.
– El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 es un documento elaborado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que fue publicado en enero de 2020.
– Lo primero que llama la atención de manera muy relevante es que el Gobierno postula unos objetivos  de instalación de tecnologías eléctricas, cuando la ley del sector eléctrico establece con claridad que el mercado de generación de electricidad es un mercado libre. Sin embargo, lo que debería causar estupor es que se mantenga íntegra la totalidad de las centrales de ciclo combinado de gas que tenemos en España. No se prescinde de un solo MW.
– Es decir, el Gobierno está planteando un sistema eléctrico en el que la tecnología que actúe como respaldo de las energías renovables sea el gas.
– Se está planteando ahora que la base eléctrica de España sea el gas, el mayor causante de la crisis energética que estamos viviendo.
– La calificación, por parte de Europa, de la energía  nuclear como energía sostenible en el marco de la taxonomía tampoco recibió apoyo del Gobierno de España ni le ha hecho modificar su calendario de cierre nuclear.
– ¿Qué interés tiene el Gobierno de España en seguir manteniendo nuestra dependencia de un gas que no tenemos? Sería interesante conocer las respuestas, ¿no?
– En la mayor crisis energética en cincuenta años, en una crisis energética ocasionada por los altos precios del gas, en una crisis que radica en la enorme dependencia del gas que tiene la Unión Europea, el Gobierno de España insiste en mantener un plan energético en el que la base fundamental del sistema eléctrico sea el gas. E insiste en hacerlo por razones puramente ideológicas.

¿Cómo puede ayudar la energía nuclear?

• Forma parte importante del mix eléctrico europeo.
• Contribuye al desarrollo sostenible de la sociedad.
• Disminuye la lucha del sector energético.
• Protege a las personas y al medioambiente.
• Disminuye la huella del sector energético.
• No emite gases de efecto invernadero.
• Es competitiva.
• Reduce los precios de la electricidad.
• Reduce la quema de combustibles fósiles.
• Reduce el riesgo de dependencia energética exterior.
• Asegura el suministro de electricidad.
• Da estabilidad a la red eléctrica.
• Complementa a las energías renovables.
• Genera empleo estable y de calidad.
• Puede desalar agua en grandes cantidades.
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