Luis Arroyo Galán-Inventor de la Telemática
La Leyenda urbana de que Internet fue desarrollado como parte de un proyecto militar sigue teniendo vigencia, a pesar de toda la documentación publicada y los testimonios de sus creadores.
En España contamos con la voz autorizada de Andreu Veà (Presidente de la Internet Society (ISOC-ES)), bautizado como “Internet bibliographer” por uno de los auténticos padres de la red de redes, Vint Cerf. El Dr. Veà publicó en mayo del 2013 una obra enciclopédica que lleva por título “Cómo creamos internet“, en cuyas 571 páginas queda suficientemente claro que la creación de Internet nada tuvo que ver con proyecto militar alguno. Ray Tomlinson, inventor del email (1971), afirmó sobre esta monumental obra: ” El Dr. Veà ha logrado una verdadera hazaña. De manera apasionante ha reunido a los actores y acontecimientos que convirtieron internet en este fenómeno maravilloso. Su capacidad divulgativa y perspicacia para abordar y relatar los problemas complejos es asombrosa.”
Por pura comodidad voy a desarrollar el tema que nos ocupa, reproduciendo algunos párrafos contenidos en mi libro “100 años de Informática y telecomunicaciones. España Siglo XX” (Fundación Rogelio Segovia para el Desarrollo de las Telecomunicaciones, Julio 2005)*.
Las buenas relaciones del matrimonio Kennedy con el mundo del arte estuvieron precedidas por la simpatía que siempre mostró el presidente Eisenhower hacia la comunidad científica; sin duda alguna que esta buena disposición tuvo su beneficioso impacto en el desarrollo tecnológico iniciado por EEUU una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial. Por todo ello, cuando los rusos infringen al orgullo tecnológico norteamericano la gran victoria que supuso el lanzamiento y puesta en órbita del primer satélite artificial, el Sputnik, (octubre 1957) el presidente norteamericano acepta de buen grado la creación de una Agencia Especial para que su pueblo no volviera a sufrir un agravio similar. Lo más curioso es que fuera un vendedor de jabones, Neil McElroy, el que tuviera la idea de crear ARPA (Advance Research Program Agency). En enero de 1958 se crea la Agencia y se nombra director a Roy Johnson, hasta entonces vicepresidente de la multinacional GE.
La psicosis que padecía aquel país por el bombardeo de Pearl Harbour y el temor a sufrir un ataque atómico por parte de los rusos, impulsa a las autoridades a desarrollar proyectos siguiendo el concepto DEW (Distant Early Warning), a base de colocar radares a lo largo y ancho del mundo, desde Hawai hasta Alaska. Para controlar estos equipos se pone en marcha el proyecto SAGE (Semi-Automatic Ground Environment), que dio lugar al nacimiento del primer ordenador trabajando en tiempo real al que se le bautizó con el nombre del proyecto. Las dimensiones de aquel supercomputador eran de tal magnitud que sus operadores y técnicos caminaban literalmente en su interior.
Estos proyectos desarrollados en el Lincoln Laboratory del MIT (Massachusetts Institute of Technology) causaron un gran impacto en Joseph Carl Robnett Licklider, quien en octubre de 1962 sería nombrado Director del Command and Control Departament (C&C) de ARPA. Aunque Licklider solo entraría en contacto con los ordenadores a mediados de los sesenta, sus ideas tendrían una repercusión notable en los proyectos de la Agencia y sentarían las bases para el desarrollo posterior de ARPANET.
Licklider era un convencido de que los ordenadores eran mucho más que máquinas de procesar, y que podrían actuar como extensión del ser humano, amplificando su inteligencia y potencia analítica. Impactado por el proyecto SAGE, publica en 1960 un libro titulado “Man-Computer Symbiosis“, y en el que, entre otras cosas, afirma:”Un acoplamiento fuerte entre humanos y ordenadores (a los que denomina los miembros electrónicos de la asociación) resultaría en una toma de decisiones cooperativa”. Lick estaba convencido de que la gente sería mucho más eficaz si tuviera a su alcance un sistema de ordenador con una pantalla y buenas bases de datos. Esto se escribía veinte años antes de la aparición de los ordenadores personales.
Un año después de entrar en ARPA, Lick había creado un grupo de amigos con los que compartir las ideas sobre la simbiosis hombre- máquina, al que bautizó jocosamente como la “Intergalactic Computer Network”. A este grupo presentó un memorándum quejándose amargamente de la jungla de lenguajes, ayudas a la programación, control y documentos que hacían de la informática una auténtica jungla de imposible tránsito. Ante tanta proliferación de sistemas dispares, Lick proponía la creación de una “Integrated Network Operation” mediante la que se hiciera compatible tanto elemento disjunto.
A los dos años de su llegada, Licklider abandona ARPA habiendo dejado un nombre nuevo a su departamento. Del C&C militar se pasa al de IPTO (Information Processing Techniques Office). Los programas militares se transforman en proyectos de investigación sobre time-sharing, gráficos y lenguajes, y queda establecida la idea de “red”. En 1965, Bob Taylor es nombrado director del IPTO.
Cuando Taylor entra por primera vez en su flamante despacho descubre una pequeña puerta que con la etiqueta “Terminal Room” conduce a una pequeña estancia donde se encuentran instalados tres modestos terminales. Un IBM Selectric conectado al ordenador del MIT, un teletipo TTY33 en linea con Berkeley y un TTY35 enganchado al ordenador Q-32 de la Universidad de Santa Monica (California). Aquella sala dejaría una profunda huella en la mente de Taylor. Al comprobar que la conexión con cada ordenador se hacía en unos lenguajes y protocolos totalmente diferentes, llegó a la conclusión de que aquello era como tener en casa varios televisores dedicado cada uno a visionar un canal de televisión distinto. Debería haber algún procedimiento para conectarse a aquellos tres ordenadores mediante un único lenguaje y procedimiento de comunicación. La semilla de internet acababa de ser plantada.
Apoyándose en las ideas de Liklider y animado por sus propias convicciones, Taylor empezó a imaginar las ventajas que podría aportar el establecimiento de una red, a través de la cual la comunidad científica pudiera compartir recursos y resultados. Una vez obtenido de su director Charles Herzfeld un presupuesto de un millón de dólares para su proyecto, solo le faltaba encontrar un Director, y después de varias tentativas consigue que Larry Roberts, científico de ordenadores en el Lincoln Laboratory acepte el trabajo que, unos años más tarde, le convertiría en el padre de ARPANET.
Cuando Larry se incorpora a la Agencia, inicia una frenética actividad para redactar especificaciones a partir de las ideas de Taylor que luego pudieran ser entregadas a los ofertantes. Durante aquel periodo, Tom Marril realiza una conexión entre ordenadores y por primera vez se habla de “protocolo”, Leonard Kleinrock comienza a interesarse por el estudio de los flujos de datos en una red y finalmente Wes Clark propone dejar fuera los host (ordenadores donde se ejecutan los programas de aplicación) y hacer una red con nodos basados en la filosofía IMP (Interface Message Processor). Al año de incorporarse, Larry comienza a hablar de ARPAnet y en el mes de julio de 1968 finaliza sus especificaciones que son enviadas a 140 empresas interesadas en fabricar los IMP. A los treinta días establecidos en las bases del concurso se reciben más de doce ofertas que suponen para el Comité de Evaluación tener que digerir una montaña de papel de más de dos metros de altura.
Los directivos de BBN (Bolt Bareneck and Newman) recibieron con gozo la noticia de que los cien mil dólares invertidos en la propuesta al concurso de ARPA habían dado sus frutos. Esta pequeña consultora de Cambridge (Massachusetts) había sido fundada por Richard Bolt y Leo Bareneck en 1948; un año después se les uniría Robert Newman lo que proporcionaría a la firma su nombre definitivo. Dedicada a la ingeniería acústica, posteriormente se especializa en el tratamiento de cintas de audio. Su trabajo más famoso se realizó en 1974 cuando hubieron de analizar la cinta de dieciocho minutos y medio que implicaba a Nixon. Un comité presidido por Bolt dictaminaría que la cinta había sido borrada intencionadamente.
Tal y como estaba previsto, un año después de haber conseguido el contrato, BBN inicia la entrega de los IMP que se realiza en las siguientes localizaciones, y por este orden: UCLA, SRI, UC Santa Bárbara, Utah University, BBN Moulton street, MIT, RAND, System Development Corporation y Harvard.
Para poder abordar el último capítulo de la evolución de ARPANET, debemos dar un salto atrás y situarnos en1969. En aquel año Norm Abransom, profesor de la Universidad de Hawai, desarrolla una red de ordenadores basada en enlaces de radio, y a la que bautiza con el nombre de ALOHANET. Un año después y con el concurso de EEUU, Reino Unido, Noruega y Alemania entra en funcionamiento SATNET en la que se emplean por primera vez conexiones vía satélite. Bob Kahn y Vint Cerf empizan a plantearse la noción de “red de redes”, con el fin de poder interconectar, al menos las tres redes existentes ya mencionadas. En mayo de 1974 presentan el primer documento sobre TCP (Terminal Control Processor) que cuatro años más tarde se desdoblaría pasando a denominarse TCP/IP, la primera parte dedicada a la gestión global de los paquetes (datagramas) y la segunda al encaminamiento de cada uno de ellos en particular. El 1 de enero de 1983, ARPANET pasa a emplear el protocolo TCP/IP.
Este protocolo supondría un paso de gigante en la tecnología de redes, pues a partir de su entrada en funcionamiento, ARPANET dejaría de ser “la red” para convertirse en una red más. De igual manera empieza a hablarse de “internet” como “red de redes”, dejándose Internet con “I mayúscula”, para la infraestructura financiada por la administración de EEUU.
A partir de 1983 empiezan a crearse redes más modernas como las NSFNET (National Science Foundation NETwork) y CSNET (Computer Science NETwork).
A finales de 1989 ARPANET es desmantelada. Habían pasado veinte años desde su puesta en funcionamiento y le había costado a la Agencia catorce millones al año para su mantenimiento. Con el fin de celebrar este doble acontecimiento, veinte aniversario y cierre, la universidad UCLA (University of California Los Angeles) patrocinó un simposio al que puso por nombre “Act one”. Uno de los allí presentes, sintiéndose inspirado, escribió:
Al principio ARPA creó ARPANET
Y ARPANET no tenía forma ni voz
Y la oscuridad era total
Y el espíritu de ARPA hizo mover sus labios y dijo:
“Hágase un protocolo”
Y un protocolo se hizo
Y ARPA vio que era bueno
Y ARPA dijo
“Háganse más protocolos”
Y así se hizo
Y ARPA vio que era bueno
Y ARPA dijo
“Háganse más redes”
Y así se hizo
Espero haber dejado bien claro que la red de redes no fue el resultado de ningún proyecto militar, si bien es cierto que ARPA también participaba en el desarrollo de proyectos militares. El departamento IPTO (Information Processing Techniques Office), creador de Internet, nada tenía que ver con proyectos militares.
*La edición del libro está agotada, pero yo conservo media docena de ejemplares en mi domicilio. Si algún lector estuviera interesado en esta publicación no tiene mas que enviarme un comentario a este artículo indicándome su dirección postal. Me encantaría hacerle llegar el libro como pequeño detalle navideño.
2 comentarios en «Internet no hizo la mili»
Me parece increíble que haya gente que siga creyendo que el internet fue creado para ayudar al servicio militar. En mi opinión, internet es un lugar en el que humano ofrece sus conocimientos para que otros los puedan utilizar y ampliar sus conocimientos. Por otra parte, si es verdad que en la actualidad muchos los servicios militares de muchos países incluido España utilizan internet para promover su oficio.
Menos mal que hay personas cultas que conocen la génesis de Internet.