Esta es una gran noticia que merece una entrada propia en este blog que recoge los pasos que voy dando, un gran paso en esta ocasión. Quiero empezar agradeciendo a la galería de arte “VAN DER PLAS Gallery” de Nueva York su invitación a participar en esta exposición. Recibí un mensaje directo a través de Instagram de esta galería neoyorkina interesándose por mi trabajo y me preguntaban si estaría interesada en formar parte de la exposición que preparaban para finales de octubre. Querían tener alguna de mis obras y me sentí muy agradecida por el tiempo que habían dedicado a conocer mi trabajo y por la invitación, obviamente era una gran oportunidad para mí y nos pusimos en marcha. Tras todo el papeleo, embalaje y envío especiales, mi escultura llegó sana y salva.
La inauguración tendrá lugar el viernes 28 de octubre y la exposición podrá visitarse hasta el 6 de noviembre, yo no podré viajar a Nueva York en esta ocasión pero estoy segura de que la próxima vez lo haré, como comenté antes, este es un primer gran paso. Sé que mis contactos en Nueva York podrán ver mi obra expuesta y sentiré a través de ellos cada detalle. También sé que las personas como tú, que siguen mi trayectoria y disfrutan de mi creatividad, se alegrarán conmigo. ¡Gracias!
En mi última entrada te contaba los cambios en esta nueva etapa que empiezo y estoy segura de que imaginarás lo que esta exposición significa para mí. Parece que todo fluye de manera natural, el propio tema de la exposición “Found voice” / “Voz encontrada” trata de encontrase con uno mismo, abordando las emociones que nos hacen cuestionar quienes somos, el sentido de las cosas, incluso la locura… Y allí estará expuesta una de mis esculturas favoritas “El abrazo de la locura”, que creé en 1996 y que forma parte de la colección “EN MOVIMIENTO: Realidades y Sueños de Hombre” con la que conseguí una importante Subvención del Ministerio de Cultura al Apoyo de la Creación Artística en 1997 y que me permitió realizar las veinte obras que la componían. El arte no tiene edad y esta escultura es más actual que nunca, en ella una mujer de bronce se abraza a sí misma sobre una espiral de hierro fundido, una espiral abierta que ofrece esperanza en esos momentos de incertidumbre, duda o locura, un momento de lucidez en la que decidimos dar ese paso al frente o seguir encerrados en nuestros miedos…
La salud mental es hoy un tema importante, un reflejo de la sociedad en que vivimos donde se nos exige ser felices, donde (es mi opinión personal) se nos invita a esperar lo que creemos merecer por el mero hecho de sentir que así debería ser… Creo que eso hace que la frustración se apodere de nosotros si no sentimos que algo tenemos que hacer para conseguirlo. La vida es todo menos fácil, nosotros mismos somos frágiles y vulnerables, casi nada sale como pensamos y estamos destinados a una adaptación constante, aprendiendo y gestionando cada día como una nueva oportunidad para seguir adelante. En nuestro camino nos sentiremos heridos, amados, cuidados o abandonados, sorprendidos o atemorizados, ilusionados o furiosos, tristes alegres, abatidos o pletóricos, pero en cada emoción tenemos la capacidad de elegir cómo afrontarla, ser conscientes y decidir sentirnos bien, aceptar y poner en acción aquello que sea constructivo para dar un paso más, encontrar la lección que nos da cada una de ellas, escucharnos, perdonar nuestros propios errores, volver a levantarnos… y sonreír. El ser humano también tiene una asombrosa capacidad de recuperación, de ilusionarse y de poner pasión en aquello que cree… y de contagiarla.
Si estamos encerrados en nosotros mismos no podremos agarrar las manos que se nos tienden en el camino, no escucharemos esas palabras que nos animan a seguir, no veremos la luz de quien nos mira para darnos fuerzas. “El abrazo de la locura” quiere reflejar ese instante en el que decidimos o no salir de esa espiral. No creo que haya nadie sin locuras cotidianas, esas que nos paralizan y nos distraen de la aventura que es la propia vida. No podemos esperar a recibir lo que creemos merecer, seamos autocríticos y demos siempre lo mejor de nosotros, pase lo que pase, quizá lo consigamos o no (la vida tampoco es justa) pero tendremos una sensación de compromiso con nosotros mismos que nos hará sentirnos bien.
A mí me gusta pensar que la felicidad es una elección, una manera de vivir, agradeciendo cada experiencia por su capacidad de mostrarnos de lo que somos capaces. Ocurrirán cosas maravillosas que sentiremos como un regalo, aunque en el fondo son el fruto de aquellas semillas que no dejamos abandonadas… Cada proyecto lleva su propio tiempo y florecerá en el momento justo, ese es el misterio que nunca controlaremos… ¡Gracias por acompañarme!