Según el Parlamento Europeo, en su PROYECTO DE INFORME sobre la sexualización de las niñas, se define como “la imposición de una sexualización adulta a los niños y niñas que no se encuentran ni emocional, ni psicológica, ni físicamente preparadas para ella en la fase de desarrollo que se encuentran”.
La psicóloga Abigail Mendoza Herrera considera que la sexualización infantil es un tipo de violencia, debido a que se expone a los niños y niñas tanto a situaciones como a experiencias visuales y auditivas que todavía no les corresponde vivir.
El gobierno comunista de Su Sanchidad viene implantando esta sexualización en las escuelas desde los inicios de la legislatura sin que la oposición haya sido capaz de ponerle coto.
A diferencia de lo que está sucediendo en los Estados Unidos donde el partido republicano (GOP-Grand Old Party) se ha fijado como objetivo principal luchar contra la agenda de los demócratas que buscan por todos los medios la sexualización de los niños.
Una vez más queda muy claro el giro hacia las tesis comunistas que está practicando el partido del presidente Biden.
La publicación El American vuelve a abordar este tema en su editorial del pasado martes día 5, que pasamos a reproducir en su integridad.
En el texto de El American, SCOTUS son las siglas de la Corte Suprema de los Estados Unidos.
————————————————————————————————————–
Prioridad del GOP: proteger a los niños de la agenda demócrata que busca sexualizarlos
El pasado fin de semana fueron expuestos nuevos datos sobre la juez Ketanji Brown Jackson —la escogida por el presidente Joe Biden para la Corte Suprema de Justicia—, donde se evidencia que ha estado brindando fallos indulgentes, de forma recurrente, contra perpetradores de abusos sexuales contra niños.
La elegida por Biden para SCOTUS ha criticado las pautas federales de sentencia por pornografía infantil. Asegura que son “desactualizadas” y “demasiado severas”, y argumentó que por ello ha desarrollado su “propio análisis” de estos delitos. En diversas ocasiones ha rebajado los castigos que los fiscales piden contra los abusadores de niños —sobre este caso pueden leer el artículo de Sabrina Martín para más información—.
Lamentablemente, lo que ocurre con Jackson no es un hecho aislado. Los demócratas le han declarado la guerra, a nivel nacional, a Ron DeSantis por haber legislado que niños de 5 años no podrán recibir charlas de orientación sexual por parte de sus maestros sin la autorización expresa de los padres. El objetivo de este ataque es persuadir a la población de que se trata de un acto de “discriminación” contra la comunidad LGBTQ, los medios progresistas y el partido del presidente Biden con lo que bautizaron como la ley “Don´t say gay”.
Incluso ayer el alcalde de New York, Eric Adams, invitó a los floridianos de la comunidad LGBTQ a vivir en su ciudad para evitar la supuesta discriminación en Florida, lo cual es, como se ha demostrado, falso.
Disney, la empresa de entretenimiento infantil más grande del mundo, se ha montado también en esta ola. Su presidente asegura que los personajes en producciones de Disney deberían ser, por lo menos, un 50 % miembros de la comunidad y LGBTQ y otras minorías, aun cuando dicha comunidad representa apenas el 7 % de la población americana.
Si a ello le sumamos que durante los últimos años más de 40 empleados de Disney han sido detenidos por estar envueltos en casos de abusos sexuales de menores —aquí puede encontrar mayor información—, nos vemos en la obligación de preguntarnos ¿por qué la administración Biden Partido Demócrata y empresas como Disney están presionando tan fuerte para hablarles de sexo a niños de 5 años? y ¿por qué, además, la misma administración nomina a la SCOTUS a una jueza con un historial de indulgencia ante depredadores sexuales?
¡Protejamos a los niños y su inocencia! Su futuro y el de Estados Unidos está en juego.
Emmanuel Rincón
Editor-at-large