Como todos sabemos, en las últimas elecciones generales Sánchez hizo su campaña electoral vestido de socialista sincero, pero tomó posesión de su cargo con el uniforme de comunista mentiroso.
A lo largo de esta legislatura, las mentiras del Presidente y de su gobierno han sido el único lenguaje que han utilizado para dirigirse a la ciudadanía. Los medios afines al Sanchismo (léase PSOE), especialmente TVE, El País, la SER, la Sexta y el CIS, han intentado (y en muchísimas ocasiones lo están conseguido) transformar las falacias gubernamentales en el relato oficial de nuestra existencia.
Ya somos una República de tinte comunista
A lo largo de esta legislatura, Sánchez ha ido acaparando el control de las instituciones que sustentan el sistema democrático que nos dimos en el 78: Fiscalía General, Tribunal de Cuentas, Portal de Transparencia, TVE, el abuso de los Decretos Ley (para que sus leyes no tuvieran que pasar por los informes preceptivos, ni ser contrastados por la oposición) y finalmente el Tribunal Constitucional.
Se han eliminado los dos pilares básicos de toda democracia: que el ejecutivo no pueda actuar como legislativo y que el poder judicial no quede sometido al gobierno.
La presencia de un Rey, ninguneado hasta la saciedad por el Sanchismo, es el único vestigio virtual que nos queda para aparentar que somos una democracia, cuando la realidad es que Sánchez ya legisla y actúa como presidente de una república.
Elecciones decisivas
Parece que la no-oposición se esté planteando las próximas elecciones con criterios puramente partidistas y cortoplacistas. Ahí están los enfrentamientos públicos Vox-PP que no consiguen otra cosa que despistar al ciudadano e incluso perder votos por el flanco izquierdo.
Es inaceptable que estos dos partidos sean incapaces de establecer algún tipo de estrategia común para lograr lo que debería ser el único objetivo de estas elecciones: ECHAR AL SOCIALCOMUNISMO DE NUESTRAS INSTITUCIONES DEMOCRÁTICAS.
Este año tenemos la última oportunidad de quitarnos de encima a PSOE, Podemos, ERC y Bildu, gobierno Frankenstein que si vuelve a la Moncloa, y apoyándose en el TC, convertirá España en una república bananera a todos los efectos.
En las elecciones de este año ya no se trata de votar a este o aquel partido.
De nosotros depende que volvamos a disfrutar de una democracia plena o que tengamos que malvivir por muchos años en una república a la venezolana.
Campaña electoral sin distracciones
Habría que preguntarse porqué el gobierno ha decidido llevar al parlamento sus leyes más conflictivas (sólo sí es sí, aborto, trans, vivienda y bienestar animal) en período electoral, cuando su tramitación y posterior entrada en vigor pueden restarle votos.
Lo cierto es que el protagonismo de cada día son las encendidas discusiones sobre estas leyes, sin dejar espacio para abordar el trascendental tema de las elecciones.
Y lo más preocupante es que la no-oposición sigue entrando al trapo enredándose en los temas que le interesan al gobierno en lugar de centrarse en los próximos comicios.
Elecciones con un gobierno que podría ser juez y parte
Las elecciones de este año también son decisivas para los objetivos de la extrema izquierda gobernante, pues, si no ganan, habrán perdido su única y última oportunidad de implantar en España una república bolivariana.
El juego limpio de Sánchez ha brillado por su ausencia durante toda su legislatura, por lo que no está demás pensar que podría llegar a hacer todo lo posible/imposible para ganar las elecciones generales.
En los próximos comicios cabría la posibilidad de que la entidad encargada del recuento de votos fuera Indra, ¿ y de quien depende Indra?