Trenzas Salvajes y sus gomas rebeldes

No eran adornos,  
Eran declaraciones de guerra:  
gomas neón,  
elásticos gastados,  
nudos que sostenían el universo
mientras ella corría  
contra el viento.  

Llevaba el pelo  
como mapa de batallas:  
—aquí una tarde de abril,  
—allí la huella de un portazo,  
—este rizo rebelde, testigo de carcajadas  
que aún resuenan en los armarios.  

Las gomas no eran de niña,  
eran de arquera
—tensando recuerdos,  
—disparando versos,  
mientras las trenzas,  
deshechas a mediodía,  
contaban secretos  
que el espejo nunca entendió 

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