Subsidios sin incentivos

Una de las características del comunismo no es otra que empobrecer a la población y luego ayudarla a malvivir con limosnas gubernamentales. El régimen bolivariano de Maduro es, en la actualidad, el paradigma de esta política.

Los ERTE son puro subsidio porque paralizan la actividad empresarial, mientras que las ayudas directas pueden ser consideradas como incentivo al permitir su continuidad.

En 2020, las ayudas fiscales con cargo al Presupuesto para luchar contra la crisis del COVID-19 aplicadas en los países de la UE, se movieron entre un máximo del 6,5% del PIB en Lituania, hasta el mínimo de un 1,3% aplicado en España.

“El secretario de Estado de Trabajo y número 2 de Yolanda Díaz, Joaquín Pérez Rey no ha escondido su entusiasmo, casi euforia, al trasladar a la opinión pública que el número de prestaciones por desempleo pagadas en el mes de abril ha marcado un “récord histórico” al alcanzar las 5.197.151 prestaciones, por un valor superior a los 4.500 millones de euros”. (LIBRE MERCADO 2020-05-05).

Tal parece que un importante bjetivo del ministerio de trabajo no fuera el de reducir al mínimo estos subsidios mediante la creación de puestos de trabajo.

Sin incidir en su indiscutible carácter electoralista, que duda cabe que las ayudas prometidas a los jóvenes contienen un claro mensaje subliminal que bien podría ser: “No tenéis que preocuparos de formaros ni de conseguir un puesto de trabajo, Papá Estado se ocupará siempre de subsidiar vuestras necesidades”.

A Sánchez le encantan los términos “gasto público” y “subsidio” pero desconoce la palabra “incentivo”. La consecuencia de estas querencias es muy clara, si el gobierno deja de incentivar la creación de riqueza,  el incremento del gasto tendrá que ser compensado por una mayor carga impositiva, lo que se traducirá en el continuo empobrecimiento de la población.
14/10/2021

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