Con más de setecientos mil votos de diferencia, el PP ha vencido al PSOE y a su maligna inteligencia.
– Porque votar al Sanchismo suponía: teóricas subvenciones mañana con comunismo hoy y mañana.
– Porque estas elecciones no iban de interminable subvención, había que centrarse en otra muy importante decisión: Democracia o Sánchez.
– Porque España no se vende y el voto de los españoles no se compra.
– Porque no teníamos una sola razón para votar al Sanchismo.
Parece bastante claro que en la última madrugada, se ha iniciado el final de ciclo y que el próximo 23 de julio el Sanchismo podrá dejar de ser una pesadilla diaria para convertirse en un mal recuerdo.