Sánchez ensalzado, Mazón criminalizado y la oposición en silencio continuado

Las decenas de acusaciones formales sobre las responsabilidades del gobierno Sanchista por su potencialmente delictiva gestión de la COVID, quedaron anuladas de un plumazo por la entonces Fiscal General, Dolores Delgado, miembra del PSOE y fiel servidora de su jefe, el presidente del gobierno, reconocido como uno de los peores gestores de la pandemia a nivel mundial. Que se sepa, la oposición no hizo nada para que Sánchez rindiera cuentas ante algún tribunal internacional.

La responsabilidad máxima de Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón en el catastrófico desastre provocado por la gota fría (mal llamada DANA) en Valencia y regiones autonómicas adyacentes se constata de forma indubitable en el artículo que lleva por título “No es verdad“, publicado por Fernando del Pino Calvo-Sotelo en fpcs con fecha 05/11/2024, y en cuyos primeros párrafos se afirma lo siguiente:

Ante la tragedia de Valencia, que ha causado centenares de víctimas, el gobierno de Sánchez intenta engañar a la población con la complicidad de los medios. La situación causa estupor. En efecto, el relato oficial es que el gobierno nacional no podía hacer nada que no le pidiera previamente el gobierno autonómico valenciano.

Sánchez pudo haber activado desde el minuto uno el Plan Estatal General de Emergencias de Protección Civil (PLEGEM) que define el protocolo de actuación ante emergencias de interés nacional, definidas por la ley 17/2015[1] bajo tres supuestos: cuando exista un estado de alarma, excepción y sitio, cuando las emergencias afecten a varias CCAA, o cuando, «por sus dimensiones efectivas o previsibles, [las emergencias] requieran una dirección de carácter nacional» (art. 28) aunque afecten sólo a una Comunidad Autónoma. Evidentemente, este último supuesto es el aplicable a la mayor catástrofe natural de nuestra historia reciente.

Pues bien, la misma ley deja claro que la declaración de emergencia de interés nacional corresponderá al ministro del Interior, «bien por propia iniciativa o a instancia de las CCAA o de los delegados del gobierno en las mismas» (art. 29). Es decir, que el gobierno nacional perfectamente pudo haber declarado motu proprio una emergencia de interés nacional y poner en marcha el Plan de Emergencias, él solito.

Las habituales mentiras de Sánchez con su difusión masiva e indiscriminada por parte de los medios subvencionados, la falta de concreción de las publicaciones independientes y los furibundos ataques a Mazón desde la izquierda, el centro y la derecha, han creado un galimatias de tal envergadura que cualquiera podría ser considerado como culpable o inocente.

Una vez más el okupa monclovita ha marcado la agenda informativa consiguiendo que todo el mundo se olvide de la imputación de Ábalos por parte del Supremo, de los líos judiciales de su familia, allegados y socialistas de toda clase y condición y, lo que es más importante, que su persona pudiera ser considerada como el responsable máximo de la inmensa tragedia valenciana.

No es que Sánchez sea un dictador, que lo es y nos gobierna como tal, sino que, además, se ríe de todos nosotros al autoproclamarse como el héroe incuestionable de la DANA.

No existe hoy político de una democracia con más abolladuras en su armadura que Sánchez. Cualquier oposición europea se habría comido con patatas a un presidente con su mujer, su hermano, su hombre fuerte y su fiscal imputados por corrupción. Un presidente que miente como respira, que es rehén de los separatistas, que manipula los datos del paro y las encuestas estatales, que ha sometido al TC al servicio de su partido, que ha disparado la deuda, que ha abrasado a su población a impuestos… Un presidente que va de híper feminista, pero que mantiene a una vicepresidenta que encubría en su partido a un acosador sexual de mujeres.

Cualquier oposición europea estaría dándole un repaso épico a un presidente que llegada una catástrofe de dimensiones colosales, se pone de canto, mantiene una sesión parlamentaria en pleno drama para asaltar la televisión pública, tolera que una vicepresidenta con mando directo en el problema desaparezca nueve días y, de propina, huye como un conejo ante una protesta vecinal dejando tirados a los Reyes.

A media que van pasando los días, el Gobierno está logrando imponer su lectura de lo ocurrido con la DANA. La extrema izquierda, el PSOE y cierta prensa de seudo derecha exigen la cabeza de Mazón. Pero nadie pide la de Sánchez. El PP parece haber firmado extraño un pacto de no agresión con el PSOE (ni siquiera han cargado en serio contra Teresa Ribera, siendo un disparate el hecho de que siga aspirando a convertirse en comisaria europea). Y en cuanto a Vox, pues a la hora de la verdad tienen el alcance que tienen…

Sánchez es ya una especie de zombi político, un pato cojo. Así se las ponían a Fernando VII… Pero a nuestra oposición parece darle apuro empujar el balón a puerta vacía. Unos, porque están en un raro tacticismo y en un fair play que resulta absurdo a estas alturas del sanchismo. Los otros, porque diluyen sus fuerzas zumbando a siniestra y a diestra y porque al buscar el efectismo en todo, sea grande o nimio, pierden eco cuando llegan las cuestiones que sí merecen ser denunciadas con máxima energía.

Sánchez está feliz con esta oposición. Y cuando PP y Vox se lían a bofetadas entre ellos, entonces ya levita de placer. Aznar le hizo una crudísima oposición a González. Sánchez se la hizo a Rajoy. Fueron tenaces, directos, duros… y al final, ganaron. La oposición estilo pollo sin cabeza y sin un mensaje nítido no funciona. Por favor: objetivos y estrategia bien definidos, eslóganes claros y rotundos y buenos canales de comunicación. Seamos francos, con Cuca Gamarra, Borja Sémper y Pepa Millán no se gana ni a las chapas.

Sr. Feijóo ¿para cuando su denuncia del presidente Sánchez ante la UE?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *