Menos el Real Madrid, la perseguida UCO y las calles de Paiporta, todo depende de Sánchez. Se comprende ahora que no tenga tiempo para vigilar a su mujer, a su hermano, a su cuñado, a Cerdán, a Koldo, a Ábalos…
EL DEBATE
ALFONSO USSÍA
27/05/2025
De vez en cuando, sin pasarse, y en busca de entretenimiento y variados insultos, resulta edificante darse una vuelta por las redes sociales. En mi caso por X, que para mí sigue siendo Twitter, el inocente pajarilllo. Hay gente despreciable y usuarios admirables, que estudian y trabajan sus mensajes. Inesperadamente nos topamos con ejemplares textos de gobernantes en paro dedicados a las hamburguesas y los sablazos. Este de Pablo Iglesias a un tuitero que le dijo, con educada dureza, que lo del sablazo para aumentar su taberna, le parecía una sinvergonzonería. Max Tena firma el tuit. Y el ex vicepresidente del Gobierno y expulsado de la política por Isabel Ayuso, Pablo Iglesias, responde con la cortesía que es de esperar en personaje tan culto y profesoral: « La gente seguirá dando dinero para la Garibaldi, y también para combatir a gentuza como tú. Cuida tus micrófonos y cuídate, cerdo fascista». Insulto y amenaza. Adorable criatura.
Pero hay que conceder más importancia a los mensajes trabajados y lejanos a la ideología. Datos. Los datos fríos son los más dolorosos para los que carecen de vergüenza. “De quién depende la Fiscalía? De Sánchez. ¿De quién el Tribunal Constitucional? De Sánchez. ¿De quién RTVE? De Sánchez. ¿De quién Telefónica? De Sánchez. ¿De quién el CIS? De Sánchez. ¿De quién la Abogacía del Estado? De Sánchez. ¿De quién la Agencia Tributaria? De Sánchez. ¿De quién Indra? De Sánchez. ¿De quién el Equipo de Opinión Sincronizada? De Sánchez. ¿De quién Zapatero, el asesor de Maduro? De Sánchez. ¿De quién la Agencia EFE? De Sánchez.
¿De quién UGT y CC. OO.? De Sánchez. ¿De quién Prisa, El País y la SER? De Sánchez. ¿De quien El Prado y el Reina Sofía? De Sánchez. ¿De quién la industria cinematográfica? De Sánchez. ¿De quién la Comisión Nacional de Valores? De Sánchez.
¿De quién la Comisión del Mercado y la Competencia? De Sánchez. ¿De quién el Banco de España? De Sánchez. ¿De quién el Instituto Cervantes? De Sánchez. ¿De quién la Policía y la Guardia Civil, con excepción de la UCO? De Sánchez. ¿De quién el INE? De Sánchez. ¿De quién el Consejo de Estado? De Sánchez. ¿De quién Correos? De Sánchez. ¿ De quién Red Eléctrica? De Sánchez. ¿De quién el Ateneo de Madrid? De Sánchez. ¿De quién las embajadas? De Sánchez.
Menos el Real Madrid, la perseguida UCO y las calles de Paiporta, todo depende de Sánchez. Se comprende ahora que no tenga tiempo para vigilar a su mujer, a su hermano, a su cuñado, a Cerdán, a Koldo, a Ábalos, y demás personajes siniestros de su entorno más cercano.
Supera en el dominio de los entes e industrias fundamentales a Hitler, Mussolini y no digamos a Franco. El Rey tampoco depende de Sánchez, y por ello es su principal objetivo.
Vivimos felices y despreocupados en una dictadura comunista, separatistas y terrorista.
Nuestra libertad y Derechos Humanos también dependen de Sánchez. Y la libertad de expresión y de opinión.
Nos llegará la horda cuando ya sea tarde.