Interempresas
Olga Ramírez
11/10/2024
¿Cómo está cambiando la forma de liderar proyectos y equipos? Uno de los sectores qué más rápido avanza y de mayor impacto global es el de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
Cambios en la cadena de valor, en las tecnologías, en los procesos y procedimientos de producción y gestión, en las dinámicas de coordinación y trabajo en equipo y en las expectativas individuales sobre qué esperamos de nuestro trabajo y qué peso le damos en nuestra experiencia vital, hacen que la forma de dirigir también evolucione. Pero ¿cómo gestionar el cambio y cuáles son, hoy en día, las claves de un líder multiplicador?
1. “Piensa en grande, actúa en pequeño”: Globalización y personalización. Por el lado de la oferta, gracias a la digitalización tenemos acceso a un mercado global en el que posicionar los productos y competir. Por otro lado, el de la demanda, y gracias también a la tecnología, observamos como esos productos y servicios se pueden personalizar en función de intereses individuales. Saber navegar entre ambas aguas es uno de los grandes retos que debe gestionar un líder empresarial.
2. “En una negociación no luches, conduce”: El arte de la negociación es una de las habilidades más destacadas de un buen líder. Inspirar, motivar y guiar a otros hacia una visión compartida conlleva conjugar los intereses diversos individuales y encontrar soluciones óptimas a través de la negociación. El dominio de la comunicación, la persuasión, la escucha activa y la empatía permiten al líder definir la estrategia de negociación para obtener resultados transformacionales.
3. “El tiempo es oro”: en nuestro día a día es primordial medir el tiempo y ser más eficientes. Para ello, nos podemos apoyar en tecnologías como la inteligencia artificial y la automatización. Las empresas y profesionales que las utilizan obtienen resultados más escalables y precisos.
4. “Lo que no suma, resta”: Liderazgo inclusivo. Un entorno de trabajo diverso y multidisciplinar y donde se maneje correctamente la inclusión es un entorno más propenso a la innovación y la resolución creativa de problemas. La capacidad por parte del líder de identificar el talento entre la diversidad, a la vez que genera entornos donde cada uno pueda expresarse, retiene ese talento y aumenta el compromiso y el desarrollo empresarial.
5. “La oportunidad llega tarde y se marcha pronto”: Identificación de oportunidades. Un líder debe dominar el arte de las relaciones y establecer conexiones profesionales robustas a través de las que identificar oportunidades de negocio. A esta habilidad se le une la agilidad, no sólo para identificarlas, sino también para tomar decisiones que lleven a la acción.
6. “La importancia de serlo y parecerlo”: personal branding y employer branding. Cuidar la imagen empresarial ya no solo es importante de cara a fomentar la venta, sino también para atraer al talent que va a dar continuidad a la empresa. De esta manera el líder debe saber hacer suya la imagen y cultura empresarial para garantizar la sostenibilidad del proyecto.
7. “Ponerse en los zapatos del otro”: experiencia del empleado y del cliente. Estudiar los intereses del cliente ha sido una de las máximas del marketing tradicional, pero es necesario ir un paso más allá y conocer si en el proceso de adquisición se siente lo suficientemente confortable como para no rendirse a medio camino. A todo esto, sumamos otra perspectiva, la del empleado; es decir, la experiencia del cliente interno que aporta valor cada día para que se alcancen los objetivos estratégicos.
8. “El todo es mayor que la suma de las partes”: evaluación team-centric. Un buen líder es el que consigue que dos más dos sumen al menos cinco. Y para ello tiene que emplear técnicas de identificación de competencias en las que cada miembro de su equipo aporte un valor que se integre y complemente con los valores del resto persiguiendo un objetivo común.
9. “Mejor pedir perdón que pedir permiso”: Gestión del riesgo. La capacidad de medir y gestionar el riesgo es una de las competencias ineludibles de un líder. Sin esta competencia no sería posible el desarrollo de la creatividad y la innovación.
10. “Paso a paso se hace el camino”: perseverancia y resiliencia. Ser líder conlleva muchos momentos de incertidumbre y fallos, que no son más que oportunidades de aprendizaje y recomposición. En estos casos es necesario tener una perspectiva estratégica y de largo plazo.
11. “Con el tiempo y la paciencia se adquiere la ciencia”: formación y mejora continua. La formación continua ha dejado de ser algo excepcional. Dejar de formarse conlleva la parálisis profesional y el líder y su equipo no están fuera de esta realidad.
El liderazgo se orienta cada vez en mayor medida a desarrollar agentes de cambio, profesionales con el suficiente conocimiento de las utilidades que pueden brindar las últimas tecnologías, para aportar valor en el desarrollo de competencias más humanas, como lo es el arte de realizar las preguntas correctas que nos permitan evolucionar. Porque como Mario Benedetti indicó: “Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, nos cambiaron las preguntas.”