EL ELEFANTE Y LA HORMIGA (fábula)

En una vasta selva repleta de susurros y sombras, habitaba un elefante cuya fama de ser el más fuerte y grande se extendía por todos los rincones. Este elefante, orgulloso de su tamaño y poder, paseaba por el bosque sin prestar atención a quienes moraban bajo sus enormes patas. No era su intención, pero con cada paso, criaturas diminutas como hormigas veían sus hogares destruidos sin un ápice de remordimiento por parte del elefante.

Un día, al cruzar una pradera, el elefante, con su andar despreocupado, invadió el camino de una colonia de hormigas. Las hormigas se vieron obligadas a huir en un caótico exilio, excepto por una hormiga valiente que, decidida a no ser menospreciada, concibió un plan para darle al elefante una lección de humildad.

La hormiga trepó por la gruesa piel del elefante hasta llegar a su oído y le susurró: “Grande no siempre significa fuerte, y el poder reside en cómo uno se relaciona con los demás, no en el miedo que infunde. Aprende a respetar a las criaturas pequeñas, pues todos somos parte de este mundo.”

El elefante, al principio irritado por la osadía de la hormiga, continuó su camino. Sin embargo, las palabras de la hormiga resonaban en su mente. Pronto se dio cuenta de cómo sus acciones imprudentes afectaban al resto de los habitantes del bosque.

Reflexionando sobre esto, el elefante cambió su conducta. Empezó a moverse por el bosque con más cuidado, asegurándose de no dañar a ninguna de las criaturas menores. Con el tiempo, se ganó el respeto y la admiración de todos en el bosque, no por su tamaño o su fuerza, sino por su consideración y respeto hacia los demás.

La hormiga, viendo el cambio en el elefante, se sintió satisfecha. Había enseñado al elefante no solo a ser consciente de su propio poder, sino también la importancia de cada vida, sin importar qué tan pequeña sea. A partir de ese día, el elefante y la hormiga compartieron una amistad inesperada, basada en el respeto mutuo y la comprensión de que cada criatura, grande o pequeña, tiene su lugar y valor en el mundo.


Que nadie se haga ilusiones pues todos sabemos que el elefante monclovita jamás respetará a las inquilinas de el hormiguero.

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