El Duende a veces me abandona
Mi fuente de palabras
La frescura con la que escribo
He tenido la gran fortuna de escribir
Y que me sirviera como terapia
En mi pena
En mi tristeza
Siempre pensé y es un hecho
Que escribir era curativo
Que debía liberarme de lo que encogía mi corazón
Pero ya no lo necesito
Ya no es tanta mi pena
La fe mueve montañas
Y yo hace mucho que encontré a Jesús
Estuvo ahí siempre acompañándome
Dándome la mano
Ahora no sé
Pero tengo la necesidad de hablar de Él
De lo que me acompaña en mi soledad
Realmente lo siento conmigo
Es mi amigo
Creo que el Duende se va de mi lado cuando no puedo escribir
Cuando llevo varios días sin saber qué decir
Y entonces se me llena el pensamiento de mi Dios
El está por entero ahí conmigo
Pero siento que está triste por mí
Porque le fallo
Y luego siento que en su inmensa misericordia me perdona todo lo que hago
Que no me suelta de la mano
Que me abraza
Solo sé que en este tiempo de Pascua
En este tiempo del Jesús resucitado
No debo sentir aflicción en mi alma
Que tuvo que pasar la Pasión por mí, por todos nosotros
Porque somos débiles de espíritu
Y Él está ahí para recordarnos que nos apoya, que nos quiere con todo su corazón
Que seamos fuertes y que no estamos solos
Yo no me siento sola
Porque Él me acompaña siempre
Porque Jesús está vivo dentro de mí
El Duende se va
Y Jesús vuelve a llenar todo mi ser
Me siento bendecida
Y siento todos los días su llamada
Y que debo ser valiente
Y decirle que sí a Jesús e ir con Él
Pero tengo que buscar la manera que a mi me reporte paz y sosiego
Y lo llevo pensando meses
Desde que hice cursillos de cristiandad
Ahí noté más fuerte su llamada
Pero debo de pensar que quiere en verdad de mí
Si dejarlo todo e ir a su encuentro
O vivir mi fe en casa con mi familia
Esa es mi pena
Que no me entrego por entero a Él
Que me dice todos los días ven
Y soy cobarde y me quedo en mi zona de confort y no doy el salto
¿Jesús que quieres de mí?