Discapacidad y Capacidad para votar


¿De verdad estamos preparados para ejercer el voto? Aunque de lo que voy hablar es del derecho que tenemos todos al hecho de votar. Pero yo voy más allá. ¿De verdad con las políticas y políticos que tenemos, no digo sólo los discapacitados, sino todos, estamos de verdad preparados para votar? Yo no, no me siento nada preparada para votar. Y es que no hay ni uno que sea digno de admiración, ni de mi devoción. Ni uno que comulgue con mis ideas políticas, ni uno que me represente totalmente, ni parcialmente. Es que no, no son dignos de mi confianza, no hay ni uno que se salve. Y por eso ejerzo mi derecho a abstenerme. Pero para llegar a esto es importante que todos tengamos los mismos derechos a votar. Y de esto es de lo que hablo a continuación.

2017

El hecho de que cien mil ciudadanos/as en España tengan mermados sus plenos derechos políticos, como es el derecho activo del sufragio, es una cuestión que debe ser objeto de máxima preocupación para los partidos políticos y formar parte de la agenda legislativa.

Actualmente, la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) excluye del derecho de sufragio a “los declarados incapaces en virtud de sentencia judicial firme”, cuando esta declare expresamente la pérdida del voto. Se trata de personas a las que, por discapacidad intelectual, enfermedad mental o deterioro cognitivo, se les modifica la capacidad jurídica limitando drásticamente sus derechos políticos, en este caso el del voto.

Y mi prima Elena afirma:

“Lo que te puedo decir, por mi experiencia, es que hay mucha gente con discapacidad que no tienen capacidad de voto, ya que ni siquiera saben cómo deben ir vestidos o no distinguen que es comestible (trabajé con gente que comía piedras, bebían lejía…) y no es posible explicarles ni qué es votar. Por supuesto no son la mayoría.

Casi todas las personas con discapacidad intelectual pueden entender qué partido les conviene más si se les explica adecuadamente.

Por otro lado he trabajado en residencias en las que las personas iban a votar con un sobre ya cerrado que les habían dado en Dirección; para ellos votar era hacer una excursión fuera de la resi para meter el sobre en una urna, pero ninguno ejercía su derecho a voto ya que ni les explicaban qué era eso ni les daban ninguna opción ¡indignante! .

Sin embargo muchas de mis alumnas de equino terapia, que ni siquiera son capaces de hablar de forma oral, conocen mejor las diferentes opciones de voto que mucha gente sin discapacidad a las que no ponen trabas”.

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