De pirámides y rectángulos

Luis Arroyo Galán, inventor de la Telemática

La historia de los ordenadores, como no podía ser menos, está plagada de éxitos clamorosos y fracasos sonados, aunque es más frecuente oír hablar de los primeros que de los segundos.

En esta industria se ha dado y se da con frecuencia un fenómeno peculiar, perder cuando se tienen todas las de ganar. Podemos referirnos a GE y Remington como fabricantes que lo tenían todo a su favor pero que no supieron aprovecharse de las favorables circunstancias en que se movían.

En el año 1982, la empresa Apple publicó un anuncio dando la bienvenida a IBM por haberse decidido, ¡por fin!, a entrar en el mercado del ordenador personal, bautizado por esta como PC. Nadie pudo imaginar el vuelco que, con aquel anuncio, acabaría dando la industria informática.

Los componentes básicos de un ordenador, circuitos integrados y sistemas operativos, dejaron de ser los grandes desconocidos del gran publico, cuándo el valor de las acciones de Intel y Microsoft llegó a superar el del coloso IBM, empresa que, muy justificadamente, puede atribuirse el haber catapultado a la fama a ambas compañías.

Las máquinas dejaron de ostentar, muy a su pesar, el papel estelar de la industria informática y, en su lugar, apareció toda una galaxia de aplicaciones ejecutadas en equipos (infordomésticos o electronic appliances) hechos realidad a lomos de los avances microelectrónicos y controlados por el omnipresente Windows.

Los años 90 consagran un cambio de tendencia ya iniciado en la década anterior, de una industria totalmente verticalizada se pasa a otra horizontal.

Si en épocas anteriores, un mismo fabricante solía proporcionar a sus clientes el sistema completo (terminales, red, servidores, host, bases de datos y sistemas operativos.), aparecen empresas especializadas en cada nivel del sistema, con lo que los usuarios montan sus aplicaciones sobre plataformas construidas con elementos hardware/software de diferentes proveedores.

Si las máquinas perdieron su protagonismo en favor de las soluciones, ya no resultaba extraño que en los ranking informáticos por cifra de facturación, aparecieran con mayor frecuencia sociedades de servicios en posiciones de vanguardia, cuando unos años antes estas empresas nunca aparecían en dichas clasificaciones. Es importante tener en cuenta que el cambio de paradigma industrial coincidió con que, a nivel mundial, el porcentaje de gasto en software y servicios empezó a superar al dedicado a comprar chatarra.

Ya en el tercer milenio nos hallamos en plena efervescencia Internet, y en un protagonismo cada vez más activo en estos mercados por parte de las operadoras de telecomunicaciones.

Esto llevó a organizaciones como el EITO (European Information Technology Observatory) a contemplar el mercado con una perspectiva global (hipersector de la microelectrónica, informática y telecomunicaciones), desde la que pueden observarse los esfuerzos de posicionamiento de todos los protagonistas: Operadores, Fabricantes hardware, Software house, Consultoras y Proveedores de servicios telemáticos.

Transcripción de la pagina 18 de mi libro “100 años de Informática y Telecomunicaciones. España siglo XX. Fundación Rogelio Segovia para el Desarrollo de las Telecomunicaciones. Julio 2005

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