Todo empezó con aquel discurso vitriólico contra Vox y Abascal durante la moción de censura presentada por este último, dando la sensación de que el primer partido de la oposición parecía encontrarse muy a gusto con las políticas antidemocráticas practicadas por Su Sanchidad.
El resultado de esta moción de censura pasará a la historia como fiel reflejo de un PP desnortado que se opuso a censurar (reprobar) al presidente de un gobierno socialcomunista. Así, la moción de Vox contó únicamente con sus 52 votos a favor y los votos en contra de PSOE, Podemos, PP, Ciudadanos, PNV y Bildu, así como los del Grupo Parlamentario Republicano, el Grupo Parlamentario Plural y el Mixto. PP y Cs aliados con los enemigos de España, con tal de que quedaran meridianamente claras sus diferencias con Vox.
La defenestración de Cayetana Álvarez de Toledo, nunca justificada con claridad por la cúpula del PP, constituyó el segundo error de Casado, empeñado en no plantear la guerra ideológica contra el PSOE, y seguir aplicando el tactismo de no plantar batalla y esperar a que el enemigo caiga por sí solo. Cuarenta años practicando idéntica política pusilánime.
Y como no hay dos sin tres, pues Casado decide alinearse con las campañas montadas por Sánchez para destruir la imagen de Ayuso, poniendo como excusa su no adecuación a ser la presidenta del PP regional.
El primer partido de la oposición en lugar de liderar a las fuerzas constitucionalistas para echar a Sánchez de su sillón monclovita, dedica todas sus energías a menospreciar a su natural aliado, Vox, y a deshacerse de dos figuras de indiscutible prestigio político y que podrían ser claves para que el PP, junto con los votos de Vox, pudiera convertirse en la alternativa al gobierno comunista que nos sojuzga y arruina.
La cortedad de miras del señor Casado junto con la cúpula de su partido, y su total ausencia de políticas de Estado están poniendo en bandeja a Su Sanchidad, la permanencia en el poder por tiempo indefinido.
Nunca un gobierno hizo tanto daño a nuestro país gozando además de una oposición dividida y falta de visión de Estado.
