Así inventé la Telemática (revista Novática, mayo 1977)

Luis Arroyo Galán-Inventor de la Telemática

Sería sumamente interesante conocer el porcentaje de artículos y conferencias en los que el autor explica a sus lectores u oyentes la historia del fascinante mundo de los ordenadores. Esta manía historicista podría ser un simple reflejo de la rapidez con que evolucionan medios y técnicas, haciendo que todos nos sintamos un poco protagonistas.

Convencido de que el porcentaje anteriormente indicado tiene que ser muy alto, me parece interesante caer en la vulgaridad, seguir la moda. Escribiré este trabajo en forma de breve síntesis histórica, lo que me permite situar al lector en un contexto que le ayude a comprender mejor las ideas que deseo exponerle.

1. TABULACIÓN ( Prehistoria)

La tarjeta perforada y los equipos clásicos (perforadora, clasificadora, intercaladora, tabuladora e impresora) tenían como misión principal la obtención de unos listados. Estos serian completos o resumidos, y donde la cantidad de información impedía su tratamiento por medios manuales.

No olvidemos que Hollerith era empleado de la oficina del censo de la Administración USA. Su idea de hacer perforaciones a lo largo y ancho de una cartulina (tarjeta perforada) permitió reducir drásticamente las tareas del censo. Al ser esta una de las bases de toda consulta popular, vemos cómo desde antiguo la democracia estaba condenada a vivir de la mano de los ordenadores.

2. PROCESO DE DATOS (Edad Antigua)

Los saltos que a veces se producen en la evolución tecnológica, rompiendo las tendencias normales, hacen posible el avance de la humanidad. Pero este progreso no deja de tener serias dificultades y el hombre se siga preguntando adonde le conducirá todo esto.

Para nuestra desgracia, el salto que nos ocupa no se dio en la dirección correcta, los primeros ordenadores electrónicos fueron diseñados para resolver problemas científicos. Aún no ha sido estudiado el negativo impacto que  esta concepción ha tenido en el empleo de estas máquinas para otros fines distintos a los concebidos en un principio.

3. INFORMÁTICA (Edad Media)

Las máquinas de programa registrado comienzan a utilizarse para el tratamiento automático de la información. Se inicia un largo proceso de adaptación y conversión. Dadas las enormes diferencias entre, por ejemplo,  la inversión de una matriz y la actualización  de un fichero permanente a partir de varios ficheros de movimientos.

En un mundo donde la tecnología cambia día a día, se han necesitado casi dos décadas para asimilar ciertos principios. Algunos tan fundamentales como la independencia entre ficheros y programas comiencen a ser medianamente comprendidos y muy poco utilizados.

4. TELEINFORMÁTICA (Edad Moderna)

En esta época comienzan a proliferar los centros de proceso de datos (CPD), alrededor de los cuales gira la actividad de todo tipo de empresas u organismos. Las servidumbres impuestas por la comunicación de información entre los lugares donde se utiliza y aquellos donde se obtiene. Esta es la causa fundamental de muchos fracasos, más o menos reconocidos. La enorme rapidez de los ordenadores queda totalmente enmascarada por los retrasos impuestos en el transporte de la información.

La potencia de estos equipos, capaces de procesar millones de datos por minuto, exige unas tareas de preparación o transcripción, auténtico talón de Aquiles de muchos sistemas informáticos. Los retrasos, costes, errores y una interminable lista de problemas, son las consecuencias de un erróneo planteamiento. No se han situado los órganos inteligentes en los mismos canales por los que circula la información.

Si los centros proceso de datos, permitieron romper la barrera del tiempo, al disponerse de máquinas que realizan millones de operaciones por segundo, quedaba un obstáculo mucho más difícil de saltar, el espacio.

La información solamente cobra su auténtico valor cuando sirve para algo, es decir, cuando puede utilizarse para tomar decisiones. Las distancias, físicas y burocráticas, que separan a las distintas unidades de cualquier organización exigen el adecuado transporte de la información. Esto requiere un tiempo que, en la mayoría de los casos, hace perder las teóricas ventajas aportadas por las máquinas que trabajan al nivel del picosegundo.

La transmisión de datos y su ulterior empleo en el mundo informático, alumbró una nueva era llena de frustraciones. No en vano se trataba de aunar dos tecnologías, telecomunicaciones e informática, que tenían muy poco en común.

5. TELEMÁTICA (Edad Contemporánea)

El empleo de la informática como elemento básico  en la gestión de empresas no se ha conseguido fácilmente, pues han sido muchas las inercias que han tenido que vencerse. Con la aparición de la teleinformática, las dificultades, en lugar de disminuir en muchos casos aumentan. Se trata de desandar el camino andado, situando los órganos inteligentes en los canales por los que fluye la información. No es de extrañar que, muchos sistemas teleinfomáticos, se encuentren en áreas o empresas en los que se pasa directamente del tratamiento manual al proceso por ordenador.

Las empresas u organismos que tienen a su cargo la explotación de las redes de comunicación, están haciendo un considerable esfuerzo para satisfacer la creciente demanda de servicios de transmisión de datos. En este campo las dificultades son muy grandes. Las inversiones necesarias para instalar y mantener una infraestructura de comunicaciones, exigen periodos de amortización superiores a los que rigen en sectores industriales donde la tecnología cambia constantemente.

Si los ordenadores han dejado de ser máquinas  de proceso de datos convirtiéndose en equipos para el tratamiento automático de la información. Si cada día es más frecuente hablar de transmisión de información, y si la información sigue siendo el motor de la actividad humana, podremos concluir afirmando que se está iniciando una nueva era.

Se producirá la fusión de dos tecnologías que empezaron siendo paralelas y luego se convirtieron en convergentes. Telecomunicaciones e Informática alumbrarán una nueva ciencia, que se nos ocurre bautizar como TELEMÁTICA. Con ella el hombre podrá hacer el mejor uso posible de ese elemento vital que llamamos información.

Durante la revolución industrial, el hombre se encontró con una gran penuria de medios de transporte que frenó la expansión geográfica de los centros industriales. Si nos hallamos en los albores de la segunda revolución industrial, ello ha sido posible porque la informática ha vencido las barreras del espacio, situando la información dónde y cuándo se necesita.

6. CONCLUSIÓN

Uno de los peligros encerrados en la manía historicista que mencioné al principio, radica en la sensación de envejecimiento prematuro que siente el hombre de nuestros días.

Confundiendo el fin con los medios, a muchos les sacuden unos deseos enormes de cambiar constantemente los medios o las técnicas informáticas que utilizan. Así se parecen a aquellos viajeros que se suben a todos los trenes que pasan, pero que siempre siguen en la misma estación.

Los sistemas informáticos de ese hipotético futuro, que siempre parece que va a empezar el próximo año, no deben ser obstáculo para sacar el máximo partido a los medios y técnicas que hoy utilizamos. La Telemática podrá ser el sueño de una noche de verano. Pero sería mucho más grave que se convirtiera en la excusa para quedarse en la estación esperando el último y mejor tren que nos llevará a ninguna parte.

LUIS ARROYO GALÁN
Madrid, mayo de 1977

2 comentarios en «Así inventé la Telemática (revista Novática, mayo 1977)»

  1. Soy ingeniero, de Plan antiguo, aeronáutico.
    En la Escuela, se “tocaba de refilón” la informática, básicamente operacionales y Fortran IV.
    Me topé con “Del bit a la Telemática”, y me valió para entender lo que hacía. Con mi bagage me contrataron en Entel, y mi vida profesional ha ido de su mano…
    ¡Gracias, Luis!.

    1. Estimado lector Jorge,
      Me llena de enorme satisfacción saber que mi libro fuera de tanta relevancia en tu vida profesional. Para el que escribe no hay mayor honor que ser de utilidad para sus lectores.
      ¡Gracias a ti Jorge!

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