Anclaje:
Acción y efecto de anclar. Sujetar al suelo o a otro lugar.
Gravedad:
La gravedad es la fuerza que sentimos cuando el planeta Tierra atrae a su centro a los objetos que lo rodean, esa misma que hace que las cosas caigan. También es responsable de que los planetas orbiten alrededor del Sol, atraídos por su masa a pesar de las grandes distancias que los separan de él.
Cuando te caes, es cómo si todos tus anclajes se soltaran, actúa la gravedad de la tierra en la que todo cuerpo es atraído por ella y vas contra el suelo, te desequilibras, te pegas el tortazo y te preguntas si siempre será así.
Te sientes mal y afecta a tu seguridad tanto física como psíquica, porque te sientes literalmente machacada como si te hubiera pasado una apisonadora por encima, y te afecta en tu orgullo. Da rabia, coraje, porque ¿Quién eres si te caes?, una persona sin seguridad en tu lugar y en el mundo, tanto física, como psicológicamente y te sientes como una mierda.
Tus anclajes al suelo no están firmes, te desequilibras y el tortazo contra el suelo te hace sentir insegura, vas por la vida pensando si en el próximo microsegundo te vas a caer.
Y toda tu trayectoria de superación se va al garete. Ahí estás tú con el orgullo también por los suelos y pensando en si vale la pena levantarse, total si la gravedad de la tierra actúa así contigo, para qué luchar, si todo cuerpo es atraído por la tierra, en el momento que no actúan tus anclajes, tú cuerpo se pone en modo alerta y todas las hormonas del estrés salen a la luz, el cortisol por las nubes y te preguntas si toda la vida vas a estar así, si merece la pena seguir luchando contra la gravedad, y que estés siempre en modo alerta, tensa, contracturada y mal.
Pues eso me pasó anoche, que me caí y te preguntas si merece la pena seguir así, con esta vida, en que te duele todo el cuerpo, en que te sientes insegura y sin cumplir sueños que merecen la pena.
¡Pero sí!, merece la pena, ¡claro que sí!, te levantas, lames tus heridas y sigues adelante, al próximo objetivo, Madrid. El próximo objetivo, presentación del poemario en Úbeda. Y así siempre, a seguir.
La gravedad hace que la Tierra tire constantemente de nosotros hacia abajo. Por eso siempre tenemos los pies en el suelo. Pero no hace falta estar en contacto directo con la Tierra para que nos atraiga. Basta con que no estemos muy lejos de ella. Esta es la razón por la que nuestro planeta gira alrededor del Sol y la Luna lo hace alrededor de la Tierra.
Podríamos preguntarnos por qué la Luna no cae sobre la Tierra al igual que una manzana cae del árbol. La razón es que nuestro satélite nunca está quieto. Se mueve constantemente a nuestro alrededor. Sin la fuerza de atracción terrestre, se alejaría flotando en el espacio. Gracias a esta combinación de velocidad y distancia de nuestro planeta, la Luna siempre está en equilibrio, ni cae ni se aleja. Si se moviera más rápido, se alejaría, si se moviera con más lentitud, ¡caería!
Hemos dicho que la fuerza de la gravedad también depende de la distancia. Si nos alejásemos lo suficiente de la Tierra, escaparíamos a su fuerza de atracción. Y eso es lo que tratamos de hacer con las naves espaciales. Necesitamos superar la llamada ‘velocidad de escape’, que es aproximadamente 11,2 km/s (a esa velocidad, podríamos viajar de Londres a Nueva York ¡en tan solo 10 minutos!). Cuando un cohete alcanza esa velocidad, ya es libre para viajar por el sistema solar.
Dentro de una nave en órbita, no sentimos la fuerza de la gravedad terrestre. Los objetos no caen, sino que flotan, así que si saltas, no regresas al suelo. Es lo que les ocurre a los astronautas cuando están a bordo de una estación espacial que orbita alrededor de la Tierra.
El hueso debe hacerse más fuerte mientras esté bajo más carga, por lo que en las zonas de mayor fuerza gravitatoria, la densidad ósea puede ser aumentada. Sin embargo, al ser mayor esta presión sobre el cartílago de las articulaciones y los discos intervertebrales, el desgaste de estas estructuras puede verse incrementado, generando como consecuencia patologías como artrosis de cadera, artrosis de rodilla, etc. Es por esto, que muchas veces, las personas comienzan a presentar ciertos dolores o empeorar molestias, al momento de viajar a sitios en donde la gravedad influye en mayor proporción.
¿Y si hiciéramos el experimento de llevar a todos los discapacitados fuera de la atracción de la gravedad de la tierra? ¿No se les destensarían las articulaciones atróficas, las contracturas y seríamos más felices al flotar y no sentir dolor?
¿Es que no se le ha ocurrido a ningún médico?
¿Que estamos doloridos por la presión de nuestros huesos, por tanto, de nuestras articulaciones. ¿Espalda y extremidades? ¿No se les ha ocurrido habilitar un lugar no grávido y que podamos aliviar ese dolor que tenemos por culpa de la gravedad?
Yo creo que ahí fuera hay todo un mundo no grávido por explorar y en el que los discapacitados seríamos felices, al no sentir tanta presión en nuestro cuerpo. No tendríamos dolores, y sin distensión en las articulaciones y espalda.
Es que me pongo a pensar en todo esto, por una caída que tuve ayer y es que creo firmemente que yo vengo del futuro, que soy una persona feliz en el futuro. Un mundo ingrávido, fuera de la atracción de la Tierra. Vengo de otra galaxia y por un accidente vine a parar aquí y todo se me tensó, contracturó, me vino la espasticidad. Y me caigo cada poco. ¿Por qué?, porque mi lugar no es éste. Por eso me siento siempre fuera de lugar.
Fuera de bromas. Te sientes fatal cuando te caes y empiezas a pensar en otras posibilidades y ¿por qué no? ¿No sería la solución, un mundo ingrávido para nosotros?
Un comentario en «Anclaje y Gravedad»
En vez de “gravitacional” debe decirse “gravitatoria”. Por lo demás, muy técnico – literario. Interesante y sincero. Papá.