Quienes me conocéis personalmente y quienes leéis lo que aquí publico y comparto en mis redes sociales, sabéis que no me rindo fácilmente y que ante cada obstáculo intento encontrar la manera de salvarlo. En esa búsqueda de soluciones, que es parte de la propia vida, se encierra el aprendizaje constante que es siempre un maravilloso regalo… así lo veo yo. Recibimos de manera abrumadora el mensaje erróneo de que la felicidad está en la ausencia de problemas, una utopía que al creerla nos hace débiles y manipulables, buscando fuera algo que solo podemos encontrar dentro de nosotros mismos.
Por qué digo esto? Porque a pesar de las innumerables dificultades que se nos presentan, tenemos la capacidad de encontrar una cosa al día que haya merecido la pena. Porque a pesar de haber tenido una semana horrible, podemos salvar un momento de esa semana que mereció la pena. Porque a pesar de que haya un mes que quisiéramos borrar del calendario, salvaríamos algunos días que merecieron la pena… Porque a pesar de estar pasando unos años de pandemia que nos parten el ama, también encontramos motivos para seguir adelante.
Está terminando este 2021, todavía quedan unas semanas y es ahora, antes de que lleguen esos días señalados, cuando me gusta hacer balance. El balance que para mí merece la pena es aquel que me hace ver todo aquello que tengo que agradecer, miles de cosas pequeñas que me permiten dar pasos grandes, personas que me acompañan sin saberlo por aquella sonrisa que me permitió levantarme de nuevo, palabras que nos inspiran, que nos impulsan a coger aire con todas nuestras fuerzas y continuar. Agradecer el camino recorrido, tantas lecciones aprendidas, las lágrimas que se llevan tristezas para dar paso a la esperanza, agradecer que hoy puedo ser mejor que ayer. Agradecer el cambio de rumbo, de perspectiva, de nuevos proyectos.
“Renovarse o morir”. Lo oímos también con frecuencia, pero… ¡Cuántas veces dejamos morir nuevas oportunidades por miedo a renovarnos!Yo me resisto a esa muerte, a ese desánimo que arruina la ilusión de ser capaces de crear otra oportunidad si no se nos presenta.“Mirar para ver” y “Escuchar para oír”.
Estas dos frases son de mis favoritas, ambas encierran descubrimiento y ese ver y oír va mucho más allá de nuestros ojos y oídos, nos permiten ver el camino por recorrer y oír nuestros pasos en él. En unas semanas escucharemos otras cifras, otros balances (la mayoría negativos) de lo que este 2021 deja tras su paso, pero quedémonos con nuestro propio repaso de lo que este año haya podido significar para enriquecer nuestra existencia, en profundidad… descubrámosnos.
Personalmente, ha sido un año intenso donde he presentado mi proyecto “Somos abrazo” a más de 150 fundaciones e instituciones, una se sumó a mi iniciativa y hace unos días recibí la respuesta positiva de otra que me buscó al descubrir mi trabajo. Este año me sumé también al proyecto de otros, crecí en esa confianza que da compartir las ganas de dar lo mejor, del aprendizaje mutuo.
A través de las redes sociales encontramos nuevas oportunidades, unas veces nos darán sus frutos más adelante y otras veces lo que consigamos transmitir y aportar será fruto para otros. Formar parte de El Club de las Mujeres (IN) Visibles está siendo una gran aventura y pertenecer a Mujeres Líderes de las Américas y a su Club Impulso, me está permitiendo posicionar el Arte como un verdadero valor para las empresas, gracias a su poder comunicador universal.
Realicé dos exposiciones individuales y recientemente he participado en la colectiva del grupo Paintdemia como artista invitada, presentar mis obras al público siempre es motivo de celebración. También 2021 me ha brindado reencuentros increíbles con personas maravillosas de los que surgen nuevos proyectos también increíbles.
Los momentos malos también estuvieron conmigo, como es natural, y me hicieron sentirme afortunada por haberlos superado, por haber tenido oportunidad de conocer a ese amigo que perdí, por haber podido acompañar a quien me necesitó, a pesar de la tristeza. Por cada lección que llegó, por cada error cometido y por tener el valor para corregirlo. Dar gracias por tener tantas personas que creen en mí, es algo que a veces me deja sin palabras, me sorprende y me abruma. Agradecer y seguir creando, no entiendo otro modo de corresponder.
Ha sido otro año de búsqueda y descubrimiento interior, como siempre me merece la pena vivir.
¡Gracias 2021!
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